Seguimos avanzando en nuestro particular camino cuaresmal hacia la Pascua. El Domingo pasado transitabamos por el desierto, con toda su aridez, dureza e infecundidad y este domingo II de cuaresma se nos invita a subir a la montaña, a nuestro particular Tabor para que encontrándonos con la brisa suave de la divinidad bajemos a la …