Todos los cumpleaños son importantes y tienen sentido. Pero, la edad nos marca la importancia de los mismos: no es lo mismo celebrar tu nacimiento cuando tienes diez años o menos, que cuando tienes veinte o de los veinte en adelante. Probablemente porque lo que marca el gran sentido de los cumpleaños es la visión que tengamos de la vida en la edad en que los celebramos.
Sin embargo creo que hay cumpleaños que no pasan nunca de moda, dando igual la edad en la que lo celebremos: ese el caso del cumpleaños de nuestra madre. Su cumpleaños siempre marca un punto de inflexión en cada año; su cumpleaños siempre se procura que tenga un tono distinto al resto de los años y de los cumpleaños. Es más: cuando ella falta, mucho de lo que se celebra deja ya de tener sentido. Una madre marca un estilo de vida, deja una huella que muchos seguimos a lo largo de nuestra vida, y algunos ponen en práctica en su propia vida lo aprendido de la madre.