Celebramos este domingo 9 de agosto el XIX del tiempo ordinario. Juan suele llamar “judíos” a los incrédulos, a los obstinados en negar la revelación del Hijo de Dios, imitando a sus padres, que en el desierto murmuraron contra Dios y Moisés. La murmuración se origina en la falta de fe y se expresa en el escándalo frente al misterio de la encarnación del Hijo de Dios. Jesús se declara descendido del Cielo ante los fariseos, pero, como ellos conocen a sus padres, se asombran por esta afirmación que les resulta extemporánea. Conocen a Jesús sólo con los ojos de la carne, y no con los de la fe, cuya razón última es que los hombres reconozcan a su hijo. Por este motivo, el evangelio recuerda lo siguiente:“Todos tus hijos serán instruidos por Dios”. (…)
Estas son las lecturas de este domingo. Y como viene siendo habitual, el evangelio del domingo para que lo disfruten en familia.