La palabra de Dios no siempre encuentra una audiencia dispuesta a acoger el mensaje de la vida y a reconocer al Señor en unos signos tan sencillos como son el pan y el vino. Pero los que acogen la Palabra con fe y amor están llamados a predicarla con sus vidas. En el evangelio de hoy, la gente de su pueblo rechazó a Jesús. Nosotros estamos aquí para reconocer, aceptar y confiar en Jesús a pesar de nuestras debilidades y pecados.Jesús tuvo que enfrentarse con la incredulidad de los de su pueblo. Jesús era demasiado sencillo, demasiado ordinario para manifestar algo de Dios, algo de la salvación de Dios. ¿Cómo es Jesús para nosotros? ¿Es más que el hijo del carpintero? Es más que un buen predicador?
Estas son las lecturas de este domingo y el vídeo del evangelio. 00