1. Evitemos todo pesimismo. No nos imaginemos más complicaciones, sufrimientos y catástrofes.
2. Vivamos el momento presente con gozo en el corazón y una sonrisa en los labios. Así lo han hecho los grandes sufrientes cristianos y la totalidad de los santos.
3. Huyamos de la negatividad y del fatalismo. Esterilizan.
4. Vivamos confiados como un niño enfermo está recostado en los brazos de su madre. Dios es nuestra madre y nuestro Padre.
5. Procuremos por todos los medios interiores, espirituales y de la fe, para que ni el alma ni el ánimo decaigan.
6. La salud puede llegar en cualquier momento. Un adagio latino dice: “El medico cura, pero la naturaleza es la que sana.
7. Saber aceptar la propia enfermedad como prueba, como purificación, como mérito de altísimo rango y grado.
8. Darle a la enfermedad, sentido trascendente, como promesa de vida eterna: la enfermedad, y el llanto; la soledad y el desgarro; la cruz y la agonía … Sólo hace falta: cargar con la propia cruz y seguir a Jesús. Y ello en una decisión del alma:
May 31 2012
TESTIMONIO DE FE
Testimonio de Fe en la enfermedad y en el acompañamiento de enfermos.
Vivir la enfermedad con buen espíritu.
“Todo lo que tú quieras, como y cuando tu quieras, todo el tiempo que quieras, ¡y siempre y todo por amor!”
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