Hace unos meses y dentro de este tiempo de pandemia, subió al cielo, sí pues creemos que está allí junto a su marido Diego, nuestra amiga y vecina Lolita Tejera. Quienes tuvimos la suerte de conocerla damos constancia de su vida como una auténtica cristiana estando siempre al pie del cañón en nuestra parroquia cuando había algo que hacer. Formó parte de equipos de trabajo dentro de esta estructura eclesial. Su última voluntad es la que ha llevado a cabo su hijo Paco y es la donación a la parroquia de San Antonio Abad de Tamaraceite de una talla de un Jesús crucificado que ha pertenecido a toda su familia. Se estima que su antigüedad es sobre 200 años. Aquí les dejamos con unas fotos de la misma así como el momento en que fue entregada a nuestro párroco Víctor Domínguez.
Lolita, gracias por este detalle y desde el cielo, ruega por todos nosotros.