En este fin de semana la liturgia Cristo nos llama a una radical revisión de vida. El cristiano debe bendecir a los que le odian y perdonar a los que le ofenden. Por nuestro bautismo hemos nacido para el cielo y debemos ser como Cristo.En la 1ª lectura el Rey Saúl tenía celo de David. Por eso intentaba matarlo. Pero cuando David, con ocasión de una expedición, tuvo cerca a Saúl, no recurrió a la espada. Saúl era para Él, «el ungido del Señor».
San Pablo nos presenta en la segunda lectura una comparación entre Adan y Cristo. Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial.
En el evangelio escuchemos, según san Lucas, las disposiciones que Cristo exige para ser su discípulo: amor radical y entrega al servicio de todos y en todo tiempo.
Estas son las lecturas de este domingo y el vídeo del evangelio.