LA DIETA FORZOSA

Hemos pasado las navidades: etapa de familia, de recuerdo, de encuentros, de cenas familiares…. y también… de kilos de más. De aquí vienen los propósitos para el nuevo año: entre todo lo que nos proponemos, también está el adelgazar o al menos el perder los kilos que hemos cogido solamente en quince días. Es más: ya nos estamos preparando para la operación bikini, nos preparamos para el verano, sobre todo para que no se nos vean aquellos kilos de más. Es como si la gente no tuviera bastante con lo suyo, que seguro que no miran para nosotros, pero nosotros por si acaso.

Estamos en un mundo donde cada vez más proliferan los gimnasios. Donde la gente quiere tener y mantener la “tabla” abdominal de ciertos deportistas, porque parece que es lo que se lleva. El médico nos dice que tenemos que tener una alimentación sana y equilibrada; ese mismo médico nos dice que hacer deporte mejora nuestro ánimo y nuestro estado de salud, tenemos que caminar, hay que bajar el colesterol, no cene tanto, coma mejor y de mejor calidad… ¡Cuántos se han puesto en manos de no sé quien que tiene una dieta que en una semana, bajamos no sé cuántos kilos!. El índice de obesidad en nuestro país es muy alto, sobre todo por la comida poco sana que ingerimos con frecuencia…. uff… ¡cuánto sufrimiento!.

Hoy la Iglesia nos invita a mirar hacia aquellos que no quieren tener una dieta, que no quieren ir al gimnasio, que no quieren tener una tabla abdominal, que simplemente quieren comer, o por lo menos poder tener acceso a un trabajo digno que les permita tener los mismos derechos que los demás. Damos por hecho que en el mundo tiene que haber pobres. Recuerdo que cuando llegó la primera tv a mi casa y veíamos en telediário, era la hora de comer. Y desgraciadamente estaba de moda Biafra (sur de Nigeria), porque era el pais del mundo más pobre. Y mi padre siempre decía, «apaga la tv que estamos comiendo».

Siempre hemos ocultado la realidad, en muchos ámbitos o aspectos de la vida, pero en el tema del hambre más todavía. Es curioso como las 26 personas más ricas del mundo, tienen tanta riqueza como 5.000 millones de personas en el mundo, es decir, el 50% de la población mundial. Es triste, doloroso, se nos retuercen las entrañas, cuando alguien te tiende la mano y te dice “¿Me puede comprar un bocadillo?.

Si hay cosas que debiéramos descartar es tirar lo que sobra. Estamos tan llenos que no repetimos comida; estamos tan llenos que abrimos nuestra nevera y nos permitimos el lujo de escoger aquello que quermos comer; estamos tan llenos que, a veces, nos vamos a la cama con solamente una infusión porque tenemos el estómago que ya no nos cabe más. En una hora, pueden morir más de treinta niños que no tienen que llevarse a la boca.

Son impactantes esas imagnes que colas de gente extendiendo sus brazos con un plato de aluminio para que le echen en el mismo una pasta, parecida a un potaje, que seguro que nosotros no nos comeríamos. Hoy la Iglesia nos invita a compartir lo que tenemos, porque es nuestra mayor riqueza. No hemos de dar aquello que nos sobra, sino aquello que nosotros disfrutamos y que es el alimento. Rechacemos cualquier tipo de esclavitud que lleva a que muchos, especialmente niños, trabajen para comer en condiciones infrahumanas. Nosotros tenemos posibilidad de acudir a un sindicato, ellos no.

Hoy Jesús nos invita a que en ese mar revuelto de la vida; en ese mar con tormentas y tempestades, tengamos la confianza puesta en él. Nos dice, como le dijo a Pedro, echa la redes. Pedro se resistió y le dijo que ya lo habían hecho, pero en el fondo se fio de quien siempre tiene la última palabra. A todos y cada uno de nosotros nos llama por nuestro nombre y nos tiene siempre presentes para que demos testimonio de aquel en quien fundamentamos nuestra fe. Le dijo a Pedro y también nos dice a nosotros:«te haré pescador, pescadora de hombres y mujeres».

Eso solo se consigue cuando hablamos desde y con el corazón. Cuando nuestro testimonio es veraz y cierto. Conpartamos lo que tenemos; tengamos un testimonio creíble; solo así seremos pescadores de hombres.

Hasta la próxima. Paco Mira

Please follow and like us:
Zona Pastoral Tamaraceite
Tradúcenos
Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial
error

Enjoy this blog? Please spread the word :)