Nos reunimos para celebrar juntos la gran Solemnidad de la Epifanía, o manifestación del Señor. La fiesta de hoy, prolongación de la Navidad, tiene en nuestra liturgia como protagonistas a unos magos de tierras extrañas que vienen a adorar al Mesías. Celebramos, en el Niño nacido de María, la manifestación de aquel que es el Hijo de Dios, el Mesías de los judíos y la luz de las naciones. Como los reyes magos se dejaron guiar por la luz de aquella estrella, nosotros nos dejamos conducir también para adorar y celebrar con gozo al niño Jesús.
En la fiesta de la Epifanía celebramos que el nacimiento de Jesús en Belén es Buena Noticia para todo el universo. Como vemos en el evangelio, no son sólo unos pocos vecinos los que están al tanto del acontecimiento: desde oriente han llegado algunos para adorar al Niño. Es una forma de cumplimiento de lo anunciado por Isaías en la primera lectura. Y la carta a los Efesios insiste: todos los hombres y mujeres de la tierra somos herederos de la misma salvación.
Estas son las lecturas de este día y el vídeo del evangelio.