Sean todos bienvenidos a la celebración eucarística en la gran fiesta mariana que nos congrega hoy en torno al altar. Hoy celebramos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
La fiesta de la Inmaculada entona perfectamente con el espíritu del Adviento; mientras la Iglesia se prepara a la venida del Redentor, es muy justo acordarse la la Purísima, que fue concebida sin pecado porque debía ser su madre. Esta fiesta surgió en el Oriente hacia los siglos VII-VIII, y luego se extendió rápidamente también por el Occidente.
El año 1854 el papa Pío IX declaró dogma de fe que María, por singular privilegio, en previsión de los méritos de Jesucristo, fue preservada de toda mancha de pecado ya desde el momento de su concepción.
Estas son las lecturas de este día así como el vídeo del evangelio.