Bienvenidos a la celebración de este día del Señor, el domingo XV del tiempo ordinario, todos los sellados y ungidos por el Espíritu Santo.
La palabra de Dios en este domingo nos recuerda a todos nosotros nuestra elección, nuestra llamada, nuestra vocación. Vocación que comenzó el día de nuestro bautismo y que no termina nunca.
Vivir nuestra vocación cristiana depende de Dios, pero también depende de nosotros.
Nuestra presencia aquí es signo de nuestra buena disposición, de nuestro compromiso con Dios y la comunidad.
En el evangelio Jesús envía a sus apóstoles a predicar. Estos no cuentan con muchas recomendaciones ni con muchos medios materiales ni con una buena acogida. Sólo cuentan con el poder de Jesús que los envía. Y esto fue suficiente para ellos y para nosotros. Somos un pueblo enviado a anunciar a Jesucristo y su reino de amor.
Estas son las lecturas de este domingo y el vídeo del evangelio.