Colaboración de Paco Mira con motivo del domingo de Pentecostés.
¡Igual también yo tendría que dejar de escribir hoy para reflexionar! ¡Qué bueno es reflexionar de vez en cuando! En una empresa suiza – leía hace un tiempo – dedicaban dos días al mes (casi siempre fin de semana con alojamiento y almuerzo incluidos) para reflexionar sobre los logros y fracasos de su gestión en el mes que les tocaba vivir. Me gusta la idea: les servía para estrechar lazos a través de la convivencia y también para corregir errores. Creo que la empresa funcionaba de maravilla.
Este fin de semana, como hay elecciones, se nos invita a un día para reflexionar antes de depositar nuestro voto. La intención – si no me equivoco – es para que seamos lo más responsables posible a la hora de elegir quien queremos que nos guíen a lo largo de cuatro años. Claro, me gustaría que la reflexión no solo fuera para los que votamos, sino también para los que han hecho campaña electoral a lo largo de quince días tocando en las puertas, con coches por las calles, dando mítines, desdiciendo al contrincante, etc… Pero me gustaría que la reflexión fuera en la línea de promesas que se sabe de antemano que no se pueden cumplir y que le hemos dicho a los ciudadanos que las íbamos a hacer; promesas de generar un dinero para los más desfavorecidos que sabemos desde hace tiempo que no se puede; gastar un dinero en asfaltado, alcantarillado, electrificación, etc… solamente porque hay elecciones.
Podría seguir enumerando promesas falsas, solamente con la única intención de un voto. Pediría a aquellos que se presentan para representarnos, que reflexionen bien, que piensen, que mediten, que sean capaces de no salir porque han dicho la verdad y esta duele. Me sentiría más tranquilo yo, como ciudadano, a la hora de votar.
La reflexión me lleva también a Pentecostés. La casualidad hace que sople el Espíritu sobre millones de españoles llamados a las urnas. El Espíritu, estoy convencido, nos llevará a votar a partidos que defiendan la vida en todas sus acepciones y estados; que defienda la solidaridad y la justicia, no solamente como programa político de cara a unas elecciones, sino en los estatutos básicos del propio partido; un partido que sea justo en la atención a los ancianos que han dado todo por los que todavía seguimos en activo y que ellos son la bandera de lo que tiene que ser la vida.
Ojalá que aprendamos de la primera comunidad. Aquella a quien se le dijo reciban el Espíritu. Un Espíritu que hace que después de dos mil años sigamos en la vida dando testimonio de aquel a quien muchos dieron por muerto y que sin embargo su vida, por medio del Espíritu, sigue animando, alentando y guiando los pasos de muchos que le han reconocido como Señor de la Vida.
Una vida que no ha sido ni es fácil. Se me antoja que alguno de los partidos a los que vamos a votar este fin de semana, quiere arrinconar a ese Jesús de Nazaret porque parece ser que hace daño a muchos. No, amigos no. La verdad siempre será libre y sobre todo siempre nos hará libres a aquellos que confesamos que Jesús sigue siendo el Camino, la Verdad y la Vida.
Pentecostés, el nacimiento de la Iglesia. La puesta en marcha de todo un entramado que ha tenido y tiene sus defectos y desilusiones, pero también sus alegrías, esperanzas y sobre todo sus ganas de salir adelante. Pensemos y reflexionemos. Vamos a apagar el cirio y que solamente se va a encender para la vida y la muerte que también es la puerta de la Vida. Y lo hacemos porque ahora somos todos y cada uno de nosotros los que tenemos que ser cirios en un mundo de mucha oscuridad. Ojalá que pongamos encima de la mesa nuestros valores y contravalores y que sigamos votando por lo que realmente merece la pena, en la Iglesia y fuera de la Iglesia. No tengamos vergüenza para ello, seamos valientes y no nos escondamos y sobre todo no miremos al cielo como quien espera que caiga algo, porque en la tierra siempre hay cosas que hacer, entre otras dar testimonio de lo que realmente creemos.
FELIZ PASCUA 2023. Paco Mira