Queridos hermanos, estamos ya muy cerca de la Navidad. El IV domingo de Adviento tiene cada año -aunque con lecturas distintas- un claro color mariano. Es como el preludio de la Natividad del Señor. El recuerdo de la Madre no interrumpe ciertamente el ritmo del Aviento ni la dinámica de la preparación a la Navidad porque ella fue la que mejor vivió el Adviento y la Navidad.
El IV domingo de Adviento tiene ya el sabor de la Navidad. Por eso las lecturas de hoy van situándonos en el escenario de los hechos, nos presentan a los personajes que los protagonizarán y nos ayudan a descubrir el sentido profundo de lo que vamos a celebrar muy pronto. Todos parecen estar preparados: Belén de Judá, María la creyente… y sobre todo Jesús, que entra en este mundo dispuesto a hacer la voluntad del Padre para que su salvación nos visite y se quede para siempre con nosotros.
Estas son las lecturas este domingo y el vídeo del evangelio.