Nos congregamos para la celebración eucarística, donde el Señor nos invita a no temer, reconocerlo como nuestro Salvador y Él te premiará ante su Padre en reino celestial. Hoy la Iglesia nos pide que seamos forjadores de hombres y mujeres de bien, donde tú seas el modelo a seguir.
El profeta Jeremías siente el temor de perder su vida porque anuncia el castigo de Dios a los que hacen lo que no le agrada. Nosotros no estamos exentos de esa sentencia. Volvamos nuestros ojos al Señor y sigamos su camino para que, al igual que al profeta, Dios salve nuestra vida.
San Pablo, en su carta a los romanos, trae a nuestra atención un hecho muy conocido de todos: nos habla del pecado original y su efecto sobre la humanidad, pero igualmente nos presenta a Jesús como redentor del mundo. Por Adán vino el pecado, la desobediencia y la muerte. Por Cristo, la justificación, la obediencia y la vida. Cristo venció el pecado y nos ofrece la vida eterna.
Hemos escuchado muchas veces que el Señor protege a los que le profesan; así mismo castiga a los que le niegan. Hoy san Mateo te invita a tomar partido y te dice cuáles son las consecuencias de estar en un lado o de otro.
Estas son las lecturas de este domingo. También, el vídeo del evangelio.