La liturgia de este domingo nos invita a reflexionar sobre nuestra vida actual. ¿Nuestra vida tiene valor o es vanidad? Si ponemos todos nuestros esfuerzos en las cosas del mundo, no tenemos seguridad. Solamente Dios puede darnos paz y tranquilidad. En la palabra de Dios se nos iluminará la fe sobre los auténticos valores para el cristiano. El pan de la vida está en Cristo; es él mismo. No esperemos multiplicaciones milagrosas de panes. Hay un proyecto de Dios que, si lo aceptamos, convertirá al mundo en una mesa de tierra de paz para todos. En el evangelio Cristo no condena a los ricos, sino el mal uso que hacen de las riquezas. Ser rico para Dios exige abrir nuestros graneros a los demás. Este evangelio nos propone un antitipo: el del hombre, cuyo proyecto de vida es el de «amasar riquezas para sí» y no el de crear con gozo para los demás.
Estas son las lecturas de este domingo. Y el vídeo del evangelio.