Como cada domingo venimos a descansar -en el Señor- de nuestras preocupaciones, heridas y problemas. Hemos venido a renovar nuestros lazos de comunión fraterna y a escuchar al único Maestro de la vida que es Cristo el Señor. Queremos renovar nuestros deseos de fidelidad y a recuperar la ilusión de vivir. Como cada domingo el Señor nos recibe y bendice, nos exhorta y alimenta, nos da sabiduría y la fuerza para vivir, cura nuestras llagas y pecados y nos invita a seguirle.
Estas son las lecturas de este día. Asimismo este vídeo del evangelio te invito a verlo y compartirlo.