Celebramos este domingo el XVI del tiempo ordinario donde podemos ver la humanidad de Jesús profundamente, su entrega sin descanso, sobre todo su enorme corazón compasivo. Vámonos con Él a aprender a ser como Él y a aprender a tener ese corazón tan humano y tan bueno como el que tenía Jesús. Hoy le encontramos que está solo. Sus discípulos han estado predicando —que ya los llama “apóstoles” con razón, porque los envía, como enviados—, han estado predicando por varios pueblos y Él ha asistido, ha oído la muerte de Juan Bautista. Está solo. En esto que ya llegan sus discípulos, que por primera vez han ejercido el oficio de enviados, vienen a contarle contentos de la misión que han tenido, a darle cuenta a Jesús de todo lo que les ha pasado y todo lo que ha sucedido en este primer paso de predicadores. Dice el texto que llegándose a Él “le contaron todo cuanto habían hecho y enseñado”.
Este es el enlace de las lecturas dominicales. Asimismo les dejamos con el vídeo del evangelio.